¿Sabe en dónde se encuentra antes de decidir qué rumbo tomar en su travesía?
Organización con bajo desempeño
El alto desempeño surge como consecuencia de la creación de una organización saludable con personas sanas. En este primer ejemplo, exponemos el caso de una organización con colaboradores poco saludables. Se trata de personas que en las encuestas de situación personal han asignado puntajes bajos a indicadores de salud como el sueño, la condición física, la alimentación, etc. También han asignado puntajes bajos a muchos indicadores de salud organizacional, como la conducta del personal gerencial y directivo, la cultura o las prácticas y las políticas. Tener una organización poco saludable con colaboradores poco sanos es la receta para el bajo desempeño.
Organización con una cultura negativa
En este ejemplo, exponemos el caso de una organización en la que los colaboradores, a través de su retroalimentación, manifiestan claramente que tienen una percepción negativa de los indicadores de salud de la organización. Lo anterior puede relacionarse con el equipo directivo, los jefes, las conductas, la cultura, etc. Aunque esto aún no ha producido un impacto total en los indicadores de salud individual, sabemos por experiencia que la exposición prolongada a un ambiente negativo tarde o temprano termina por pasarle factura al estado de salud de los colaboradores. Si una organización actúa rápido al recibir esta retroalimentación y hace cambios de forma decidida, puede evitar el inminente declive del desempeño y avanzar hacia un futuro de alto desempeño sostenible.
Falta de afinidad con la empresa
En el siguiente ejemplo, nos topamos con una organización que, si bien no es perfecta, presenta una serie de indicadores de salud organizacional cercanos al promedio del mercado. Y sin embargo, la salud de los colaboradores, según los puntajes que ellos mismos asignan, es deficiente. Esta situación puede darse cuando hay una clara falta de coherencia entre lo que el colaborador busca en un empleador y lo que está recibiendo.
Sintonía saludable
No hay organización ni empleador perfectos. Lo que sí existe es la organización perfecta para un colaborador en particular. Esa sintonía puede ser el resultado de valores compartidos o de una cultura en la que el colaborador siente que puede expresarse y acceder a un estado de flujo habitualmente. Quizás el colaborador encuentra líderes que realmente lo inspiran con una visión del futuro. En ese lugar de trabajo, la persona experimenta una profunda concordancia entre lo que es y lo que hace, lo cual le da propósito y significado a su vida. Se trata de un lugar de trabajo con el que el individuo puede sentirse en sintonía, lo cual produce resultados personales saludables.
