Las culturas corporativas poco saludables merman el desempeño sostenible, elevan costos, reducen tanto la motivación como el involucramiento de los colaboradores y desvían el tiempo de los gerentes a cuestiones como el ausentismo y las renuncias del personal a sus puestos. El proceso de Healthy Place to Work® equipa a las organizaciones con las herramientas necesarias para comprender la relación simbiótica entre la salud organizacional y personal, por un lado, y la productividad y el desempeño, por otro. Es aquí donde sucede la magia.