Con toda justicia, John Ryan, radicado en Dublin, y su socio empresarial Peter Morris, actualmente en Belfast, no pudieron elegir un mejor momento para lanzar el concepto de Healthy Place To Work a nivel mundial.
Una de las consecuencias indiscutibles de la pandemia de COVID-19 será que el futuro del empleo, de la forma de trabajar y del entorno laboral cambiará… Cambiará para siempre. En pocas palabras, Healthy Place to Work es una norma mundial para la certificación de lugares de trabajo saludables, de naturaleza similar a las normas internacionales que abordan áreas como la calidad, la capacitación y el ambiente. Pero el concepto va mucho más allá de un ejercicio de llenado de formularios que a la postre se traduce en un certificado enmarcado. Por el contrario, se trata de echar un vistazo a prácticamente todos los aspectos en torno a las formas de proceder en el trabajo, el ambiente laboral y el bienestar de los colaboradores. John Ryan, el artífice de la idea original detrás de Healthy Place to Work, se ha asociado con TJ Byrne y el exdirectivo de BT, Peter Morris, para lanzar la empresa desde Irlanda del Norte. “El 2020 ha puesto de manifiesto la importancia de la salud hoy más que nunca y demuestra que las empresas deben dedicar recursos a aquellas áreas que más lo necesitan si desean prosperar”, afirma Ryan. “Esto implica analizar con un punto de vista estratégico la forma en la que la salud de los colaboradores impacta directamente en el negocio. Hacerlo les permitirá a más empresas recuperarse de la COVID-19”. Ryan cuenta la historia del nacimiento de Healthy Place to Work y las influencias detrás del proyecto.